jueves, 3 de noviembre de 2011

LA DESINFORMACIÓN


TÉCNICAS DE LA DESINFORMACIÓN

Definición: Es la comunicación deliberada de información falsa o engañosa es la difusión de información, con adecuados contenidos propagandístico previamente determinado, que contiene un grado de veracidad aparente, pero con elementos complementarios de tergiversación. La desinformación se sirve de diversos procedimientos retóricos como demonización, esoterismo, presuposición, uso de falacias, mentira, omisión, sobre información, descontextualización, negativismo, generalización, especificación, analogía, metáfora, eufemismo, desorganización del contenido, uso del adjetivo disuasivo, reserva de la última palabra u ordenación envolvente que ejerce la información preconizada sobre la opuesta (orden nestoriano). La desinformación puede ser abierta, o encubierta. El objetivo de la desinformación es hacer que el blanco crea en la veracidad del mensaje y consecuentemente actúe según los intereses de la nación que conduce la operación de desinformación.

Esta técnica puede ser fomentada mediante rumores, falsificaciones, acciones políticas de manipulación, agentes de influencia, organizaciones.

La demonización o satanización consiste en identificar la opinión contraria con el mal, de forma que la propia opinión quede ennoblecida o glorificada. Hablar del vecino como de un demonio nos convierte a nosotros en ángeles y las “guerras santas” siempre será menos injusto que las guerras, a secas. Se trata ante todo de convencer con sentimientos y no con razones a la gente habitualmente la mayoría. Habitualmente se emplea en defensa de intereses económicos; cuando se demoniza Internet llamándolo cuna de pederastas y piratas, encubriendo la intención económica a que obedece ese punto de vista aparentemente bienintencionado de regularlo y que pierda su gratuidad y generosidad.

Algunas palabras y expresiones no admiten réplica ni razonamiento lógico: son los llamados adjetivos disuasivos, contundentes y negativistas que obligan a someterse a ellas y excluyen el matiz y cualquier forma de trámite inteligente. Su contundencia emocional, el pathos emotivo del mensaje, eclipsa toda posible duda o ignorancia, principios de cualquier forma razonable de pensamiento: la constitución o la integración europea es irreversible.

La misma aplicación tiene los adjetivos incuestionable, inquebrantable, inasequible, insoslayable, indeclinable y consustancial. Su maximalismo sirve para remachar cualquier discurso y crear una atmósfera irrespirable de monología. Además, según Noam Chomsky, muchas de estas palabras suelen atraer otros elementos en cadena formando lexías: adhesión inquebrantable, inasequible al desaliento (incorrecto ya que inasequible significa inalcanzable, inconcebible), deber insoslayable, turbios manejos, legítimas aspiraciones, absolutamente imprescindible. Lexías redundantes como totalmente lleno o absolutamente indiscutible, inaceptable o inadmisible.

El 21 de Junio de 1984 se definió el verbo “desinformar” como: Inducir a error a un pueblo a fin de lograr debilitar al adversario. Por extensión, desorientar a la opinión pública. Se puede desinformar a teleespectadores, oyentes o lectores sin que estos puedan darse cuenta.

El autor Guy Durandin define a la desinformación como: “El conjunto organizado  de engaños en una era en la que los medios de comunicación se hallan enormente desarrollados”.

La forma insidiosa de la desinformación es lo que se conoce como “Logomaquia”, que no se sustenta en la mentira, sino que busca inducir a través de “operadores de influencia informativa”, la difusión de particulares intereses ideológicos, económicos, institucionales con la intención y el efecto de llamar la atención y percepción de la audiencia, donde determinados segmentos de la opinión pública aceptara y consignara como verdadero lo que le dice su medio de comunicación preferido

La Desinformación se caracteriza por medidas activas las que están constituidas por una acción dinámica de técnicas abiertas y encubiertas para influenciar, personas, grupos, hechos, eventos, conductas, valores, actitudes, opiniones, desiciones etc. El objetivo de la desinformación consiste en estimular, manipular ideologías, causas, contenidos escritos y audiovisuales, con la finalidad de alcanzar la credibilidad necesaria en la audiencia elegida como objetivo a desinformar. Otras técnicas desinformativas es la utilización de: Instituciones, organizaciones afines a la causa propia, residentes extranjeros,  sociedades de amistad, intelectuales, escritores, lideres para crear efectos de apoyo, filtración de documentos falsos, la utilización de ex funcionarios de gobierno, lideres de opinión en política, economía, diplomáticos, miembros de la elite social y en agentes de influencia informativos (comunicador de medios masivos).


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