Desde que Israel lanzó
la operación militar "Margen Protector" contra los militantes
palestinos en Gaza el 8 de julio, las Fuerza de Defensa de Israel (FDI) han
contado más de 2.000 misiles lanzados desde la Franja contra territorio
israelí.
Las
explicaciones sobre el contraste entre el número de misiles lanzados y el
escaso número de víctimas causadas tienden a ser tres: la estructura de
refugios, alarmas y simulacros establecida por Israel desde hace años entre la
población civil; la ineficacia del armamento de Hamas y la Yihad Islámica; y la
eficacia del escudo antimisiles israelí, conocido con el nombre de Domo de
Hierro (Iron Dome).
El
analista de la BBC Jonathan Marcus indica que "Israel guarda datos detallados
sobre el desempeño del Domo de Hierro con mucho rigor. Su uso en el pasado
abrió el debate entre los expertos sobre su aparentemente extraordinaria tasa
de éxito".
Como
cualquier sistema de armamento complejo, el Domo de Hierro no alcanza el 100% de
efectividad y, por lo tanto, no puede interceptar cada misil lanzado por los
militantes palestinos, "pero más allá de los datos básicos, las pruebas de
su uso sugieren que tiene gran capacidad para evitar víctimas israelíes",
concluye Marcus.
¿Cómo funciona?
El
Domo de Hierro no actúa solo, sino que forma parte de un amplio sistema de
defensa aérea operativo en Israel, diseñado para proteger al país de misiles
balísticos, misiles cruceros, cohetes y otras amenazas por aire (la fuerza
aérea de los vecinos hostiles a Israel son en muchos casos obsoletas y no
pueden competir con el poderío aéreo israelí).
Este
dispositivo es tanto defensivo (como en el caso del escudo antimisiles) como
ofensivo. Israel nunca ha esperado que los misiles caigan sobre su territorio
para actuar, sino que ha intentado destruir instalaciones de lanzamiento en
territorio enemigo así como ha interceptado el envío de esta clase de armamento
desde Irán y Siria a militantes de Hamas y Hezbolá.
El
Domo de Hierro es un sistema que contó con una financiación superior a los
US$200 millones por parte de Estados Unidos y está orientado a interceptar
misiles relativamente poco sofisticados.
Fue
diseñado por la compañía Rafael Advanced Defense System LTD, una firma privada
con vínculos muy cercanos a las fuerzas armadas israelíes que construye
sistemas de defensa aéreos, marítimos y terrestres.
Las
baterías están hechas de misiles interceptores, radares y sistemas de comando
que analizan dónde pueden caer los cohetes enemigos.
Cada
batería tiene un costo de instalación de US$50 millones y cada misil
interceptor Tamir cuesta unos US$60.000.
Los
fabricantes dicen que es rentable porque la tecnología del radar diferencia
entre misiles que pueden llegar a zonas urbanas y los que fallan su blanco.
El
sistema decide entonces cuáles deber ser interceptados.
Historia de una obsesión
El
Domo de Hierro tiene sus raíces en el conflicto que enfrentó en 2006 a Israel
con Hezbolá, el grupo islamista libanés.
Los
cohetes interceptados tienen un rango de alcance de entre 4 a 70 kilómetros.
Hezbolá
lanzó miles de cohetes que ocasionaron la muerte de decenas de israelíes y
dejaron grandes daños.
Pero
la revista estadounidense National Interest indica que los esfuerzos
israelíes por desarrollar un escudo antimisiles se remontan a hace tres décadas
y están enmarcados en la colaboración militar entre Israel y Estados Unidos.
"Los
dos países firmaron un memorando de entendimiento en 1986 para desarrollar un
sistema de defensa antimisiles y para facilitar la participación israelí en la
Iniciativa Estratégica de Defensa (SDI por sus siglas en inglés) de (Ronald)
Reagan", sostienen los periodistas de la publicación en su artículo
"Desmitificando el Domo de Hierro".
Cinco
años después de este acuerdo, los líderes israelíes comprendieron que debían
acelerar sus esfuerzos por desarrollar este tipo de sistema cuando el
presidente iraquí Saddam Hussein disparó misiles Scud sobre el Estado de Israel
durante la Primera Guerra del Golfo.
Para
comienzos de 2010, el Domo de Hierro ya había pasado con éxito las pruebas
realizadas por el ejército israelí, que lo sometió a duros test contra cohetes
Qassam y Grad, y proyectiles de mortero.
En
abril de 2011 fue probado en combate por primera vez, cuando derribó un misil
lanzado contra la ciudad de Beersheba, en el sur del país.
El
sistema puede interceptar cohetes con un rango de alcance de entre 4 a 70
kilómetros.
Arsenal de cohetes palestinos
Hamas
y otros grupos palestinos más radicales de la Franja de Gaza han acumulado un
arsenal de cohetes básicos que, con el paso del tiempo, han aumentado su rango
de acción.
Ninguno
de ellos es especialmente sofisticado y la mayoría está diseñado con tecnología
de la época soviética.
Algunos
fueron introducidos como contrabando a través de túneles desde el Sinaí y otros
son elaborados en talleres de la Franja de Gaza, si bien muchos de ellos
todavía incluyen piezas claves que dependen de componentes procedentes de Irán
o Siria importados clandestinamente por los mismos túneles o por otros medios.
Los
sistemas de menor alcance incluyen morteros pesados y cohetes Grad y Qassam que
cubren hasta 48km y 17km, respectivamente.
Estos
cohetes amenazan pueblos y ciudades del sur de Israel, como Siderot, Ashkelon e
incluso Beersheba y el puerto de Ashdod.
Los
palestinos cuentan además con el cohete de mayor alcance Fajr-5, a veces
también conocido como M75.
Puede
alcanzar hasta 75km, con lo que supone una amenaza para centros muy poblados
como Tel Aviv y Jerusalén.
Pero
el uso del Fajr-5 implica graves problemas prácticos. Es pesado y bastante
grande –algunos tienen hasta seis metros de altura. Requiere un manejo mecánico
y necesita ser pre posicionado en lugares de lanzamiento ocultos y camuflados
para evitar ser localizados por los ojos de los aviones no tripulados drones
israelíes.
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