Los grandes medios de la prensa atlantista no han mencionado este
incidente, pero los observadores y analistas militares del mundo entero
no paran de comentar.
En Washington, el Departamento de Estado ha reconocido
que la tripulación del destructor USS Donald Cook quedó seriamente
desmoralizada tras su encuentro en el Mar Negro con un avión de combate
ruso Su-24, que no transportaba bombas ni misiles, sino únicamente
un contenedor con un sistema de guerra electrónica (el Pentágono también ha
presentado una protesta) [1].
¿Qué otros dispositivos de guerra electrónica poseen las fuerzas armadas rusas?
¿Qué otros dispositivos de guerra electrónica poseen las fuerzas armadas rusas?
El pasado 10 de abril, el destructor USS Donald Cook
entraba en el Mar Negro. El 12 de abril, un bombardero táctico ruso Su-24
sobrevolaba el buque. Más tarde se comentó que la tripulación del
destructor estadounidense había quedado desmoralizada tras su encuentro con el
avión de guerra ruso. Varios medios incluso aseguran que 27 marineros
estadounidenses solicitaron la baja del servicio. ¿Qué fue lo que tanto asustó
a la tripulación del destructor?
El USS Donald Cook es un destructor lanzamisiles
de cuarta generación. Su principal arma son los misiles de crucero Tomahawk,
que tienen un alcance máximo de 2 500 kilómetros y pueden llevar cabezas
nucleares. En una misión normal, el buque está equipado con 56 misiles y
en misión de ataque cuenta con 96 misiles.
El destructor está equipado con el sistema de combate de
última generación Aegis, un sistema integrado que conecta entre sí los medios
de defensa antimisiles de todos los barcos en los que está instalado creando
una red general que permite controlar y atacar cientos de objetivos al mismo
tiempo. El destructor estadounidense dispone igualmente de 4 enormes
radares universales de antena de una potencia similar a la de varias estaciones
de radar. Además de los misiles Tomahawk, en sus lanzaderas de proa y
popa figura medio centenar de misiles antiaéreos guiados de distintas clases.
El bombardero táctico ruso Su-24 que sobrevoló el US Donald
Cook no llevaba bombas ni misiles. Bajo su fuselaje había
únicamente un contenedor con un sistema de guerra electrónica llamado Jibiny.
Al aproximarse al destructor, el sistema Jibiny
del Su-24 puso fuera de servicio los radares, circuitos de control,
sistemas de transmisión de información, etc. En otras palabras, todo el
sistema Aegis quedó inutilizado, como cuando se apaga
un televisor con un mando a distancia. Después de esto, el Su-24
simuló un ataque con misiles contra el USS Donald Cook, que había
quedado totalmente ciego y sordo. Y repitió esa acción un total de
12 veces.
Cuando el Su-24 se alejó, el USS Donald
Cook se dirigió rápidamente a un puerto rumano y no volvió a acercarse
a aguas rusas.
Los
guerreros del frente invisible
«Cuanto más complejo es un sistema radioelectrónico,
más sencillo resulta interrumpir su funcionamiento con medios de guerra
electrónica», comenta el director del centro de investigación científica
sobre guerra electrónica y valoración de la eficacia en medios de reducción de
visibilidad de la Academia Aérea Militar, Vladímir Balybin. «Para poder
ganar una guerra moderna no basta con dominar el espacio aéreo. Es necesario
hacerse con la superioridad tecnológica», agrega el especialista ruso.
Además del sistema Jibiny, el complejo industrial
militar ruso trabaja en el desarrollo de distintos dispositivos capaces de
descorazonar tanto a las unidades del enemigo como a agrupaciones terroristas.
Las unidades de las Tropas Aerotransportadas rusas han comenzado a ser
equipadas con el sistema Infauna. Instalado en un tanque o en cualquier
otro vehículo militar, este sistema encuentra y aísla la comunicación por radio
enemiga en bandas HF y VHF del espectro electromagnético, «adormeciendo»
sus armas de control remoto. Estas armas llegan a disparar, pero sólo después
de que las columnas de tanques rusos hayan pasado sobre ellas y se hayan
alejado a una distancia segura.
Infauna tiene otra
función: los sensores ópticos instalados en sus laterales detectan los
fogonazos de los disparos y dan la orden de crear una cortina de humo que cubre
la columna de tanques del fuego enemigo.
El dispositivo Lesochek desempeña las mismas
funciones que Infauna, pero es mucho más compacto: se puede llevar
en una mochila o en un pequeño maletín. Con este sistema resulta
muy cómodo acudir a importantes reuniones, evitando con este equipo que
los más avanzados servicios de inteligencia logren espiar ni una palabra
de lo que se discute en esos encuentros.
La base de la protección electrónica de las
comunicaciones del ejército de Rusia es el sistema Borisoglebsk-2. Este
sistema cuenta con un punto automático de control y 4 tipos de estaciones
de interferencias de radio que rastrean las fuentes activas de comunicaciones
enemigas y las inutilizan.
El dispositivo Zhítel localiza y bloquea teléfonos
satelitales y celulares, así como sistemas de navegación GPS. Su eficacia
quedó demostrada durante el conflicto en Osetia del Sur, donde consiguió
desorientar a los vehículos georgianos no tripulados.
El reequipamiento de las fuerzas estratégicas de Rusia
con nuevos medios de guerra electrónica avanza a ritmos vertiginosos, según
anunciaba hace poco el vicepresidente del gobierno ruso Dimitri Rogozin.
Si en 2020 el ejército y la flota rusos estarán
reequipados en un 70%, todos los dispositivos de potencial estratégico para la
guerra electrónica estarán renovados en un 100%.
«Los medios de guerra electrónica permiten que
nuestras armas inteligentes actúen y que las de nuestro enemigo queden
inutilizadas.
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