Centros
de rehabilitación en China recurren a electroencefalogramas, pastillas y
rutinas militares para curar a jóvenes adictos que están conectados durante
días sin interrupción.
Rejas en las ventanas, cuartos minúsculos que se
encuentran en mal estado. Candados en las rejas que controlan el acceso al
lugar. Días que empiezan a las 6:00, entrenamiento físico con disciplina y
vestimenta- militar. Electroencefalogramas, sesiones colectivas de terapia, una
luz intermitente en la cara para despertar y, en ocasiones, medicación
antidepresiva.
Es parte de la dinámica y las condiciones de uno de
los más de 400 centros de rehabilitación para adolescentes que existen en China
para tratar a quienes han sido diagnosticados como adictos a internet. Los
chicos llegan a la institución con sus padres, quienes tienen la esperanza de
que sus hijos se recuperen tras pasar tres o cuatro meses viviendo en el lugar.
"Mi papá me trajo para que me viera un doctor,
pero me encerraron y me amarraron las manos", dice llorando un adolescente
en una de las escenas del documental Web Junkie, que se centra en la
experiencia de jóvenes internados y sus familias.
La película, realizada por las cineastas Shosh Shlam y
Hilla Medalia, expone algunos de los métodos a los que se recurren para lidiar
con una problemática que lleva a algunos a orinar en botellas para no
despegarse ni un minuto de la pantalla de la computadora.
"La adicción a internet es un problema en la
sociedad china, especialmente si se considera la política de Estado de tener un
solo hijo, es una gran preocupación para la familia, por eso los padres están
dispuestos a pagar lo que sea por un programa de rehabilitación. Esta situación
causa problemas asociados, como las faltas a la escuela para irse a jugar en la
red o crímenes relacionados con este comportamiento, como por ejemplo el robo
de dinero para financiar los juegos", explica Zhuang Chen, director del
sitio web chino de la BBC.
El documental transcurre en el Centro de Tratamiento
de Adicción a Internet que se encuentra en una instalación militar en Daxing,
un suburbio de Pekín, la capital china, y es dirigido por el doctor Tao Ran.
Por cada mes de estadía en el lugar hay que pagar aproximadamente US$1500, lo
que equivale a 10.000 yuanes (las realizadoras apuntan que el sueldo promedio
en el país es de 5.000 yuanes).
Sin embargo, la adicción a la red, descrita por
algunos como un desorden compulsivo-impulsivo que se caracteriza por el uso de
un dispositivo electrónico conectado a internet, no es un problema exclusivo en
China. El trastorno se ha identificado en distintas partes del mundo, pero el
perfil de quienes lo sufren es similar en las distintas latitudes.
Los casos de jóvenes que son internados en centros de
rehabilitación para controlar la dependencia a internet incluyen a quienes
decidieron usar un pañal para no tener que hacer pausas e ir al baño, porque
eso podría afectar su rendimiento en el juego. También hay chicos que han
desarrollado coágulos en las piernas por pasar días enteros sentados frente a
la computadora. No se separan del aparato y sus vidas transcurren alrededor del
mismo.
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